La fabricación de azúcar en Aranjuez.
El final del siglo XIX la Comunidad de Madrid (entonces provincia) contó con una intensa actividad azucarera. Los exponentes de esta industria, de gran importancia en el progreso industrial de la Comunidad, estaban localizados en Aranjuez y Arganda. Como nos corresponde, en este artículo nos centraremos en Aranjuez.
Como decíamos al comienzo, a finales del siglo XIX se fundaron dos azucareras en Aranjuez que tuvieron una gran repercusión en el desarrollo socioeconómico de la región. Al margen de la propia producción azucarera y el impulso del cultivo de la remolacha en la zona, tuvo una significativa repercusión en otras industrias del sector alimentario como la de alcoholes y bebidas refrescantes, la de confitería o los chocolates, de las que ya hemos hablado en otros artículos.
En esos momentos nuestra Villa disfrutaba de una situación privilegiada para el desarrollo industrial gracias a la existencia, entre otros factores, de la segunda linea peninsular de ferrocarril y, como es lógico, las instalaciones de estas dos industrias se levantaron en las inmediaciones de la estación de ferrocarril. La primera iniciativa vino de la mano del Conde de Benalúa, un industrial conocedor del sector. Las instalaciones de la azucarera, bautizada como «Fábrica de Azúcar de Ntra. Señora de Lourdes», se ubicaron en lo que fue el palacio del Marqués de Salamanca. La andadura de esta empresa fue muy breve, ya que cerró sus puertas en 1905.
Las azucareras fueron una importante fuente de empleo para la población de Aranjuez, especialmente en tiempos de campaña. Afortunadamente este cierre no acabó con los puestos de trabajo de la azucarera, ni comprometió la producción de remolacha y caña en la zona, ya que la «Azucarera de Aranjuez» tomó el relevo en la fabricación de azúcar.
Según reza en una inscripción de la chimenea de esta segunda fábrica, su construcción se remonta a 1898 y tuvo una larga vida. La «Azucarera de Aranjuez» se mantuvo productiva hasta el año 1982 bajo la gestión de la Sociedad General Azucarera de España, que tomó las riendas de la empresa en 1904.
Durante muchos años la economía de muchas familias dependió en buena parte de la actividad esta fábrica, actualmente presenta una situación de abandono que amenaza con hacerla desaparecer del paisaje de Aranjuez.