Fuente de la Mariblanca o de Venus.
Al llegar a Aranjuez siguiendo el curso del río Tajo, Hércules y Venus nos dan la bienvenida desde sus fuentes como fabulosos guardianes de nuestras huertas y jardines, y haciendo del agua un importante partícipe de la riqueza artística del Real Sitio.
Conocida popularmente como «La Mariblanca» el conjunto tiene como principal icono a la diosa Venus (gr. Afrodita), una de las doce divinidades olímpicas. Según la mitología griega, nace al unirse el mar con la espuma formada por el esperma de Urano (el cielo) después de que Saturno (Gr. Cronos) le cortara los testículos. Suele representarse montada en una concha.
«Salió del mar la augusta y bella diosa, y bajo sus delicados pies crecía la hierba en torno».
Teogonía de Hesiodo.
Por lo general a Venus se la ha relacionado con la belleza, el amor y especialmente con la atracción sexual. Sus amores con Marte y Adonis ponen en evidencia la atracción por la belleza física. La evolución de su culto presenta muchas vertientes, la Venus Génitrix favorecedora del matrimonio, la Venus Pandemia que velaba por la prostitución, la Venus Pelagia protectora de los marinos… En Esparta se la veneraba como diosa guerrera y en la primitiva Roma representaba a la primavera, tutelando y protegiendo los campos y jardines, lo que la reafirma como una perfecta guardiana de nuestras huertas.
Este conjunto escultórico se ubica en la Plaza de San Antonio, también llamada Plaza de la Libertad y siempre conocida por Plaza de la Mariblanca. Data de la segunda mitad del siglo XVIII.
«A la entrada del Sitio por el puente de barcas se dejó una espaciosa plaza que con el frontispicio de la capilla de San Antonio, y arcos de los lados, que se hiciéron el año de 1767 y unen con las galerías exteriores del cuarto de caballeros y casa de Oficios por un lado, y con las de la casa de los Infantes por el otro, forma una grandiosa perspectiva.
Alvarez de Quindós. «Descripción histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez».
La primitiva Plaza no se proyectó arquitectónicamente, era el resultado de las necesidades de una población itinerante fruto de la prohibición de Felipe II para su emplazamiento permanente, excepto para los criados y dependientes vinculados al Heredamiento. Esto le daba un aspecto caótico y provisional.
Con el fin de dignificar los alrededores del palacio y en pro del desarrollo de una ciudad cortesana, la plaza se convirtió en centro y punto de partida del proyecto de ordenación y trazado urbanístico del Real Sitio y Villa de Aranjuez, encargado por Fernando VI al arquitecto Santiago Bonavia y ejecutado con la supervisión del famoso cantante castrato Carlos Broschi «Farinelli», favorito del monarca y de su esposa Bárbara de Braganza.
La fuente se erige en el eje del patio de Oficios con el fin de suministrar a la Villa el agua traída por las cañerías del viaje de Aldegüela, Aljibejo y Menalgabia que entonces estaban siendo construídas por Bonavia como parte del proyecto. Se encarga al escultor Juan Domingo Olivieri las esculturas de tres leones, dos de ellos con una bola entre sus garras y un tercero sujetando un castillo. También se le encarga una escultura de Fernando VI que se coloca mirando hacia el Puente de Barcas. Todas ellas ejecutadas en mármol de Carrara.
Vista de la Plaza de San Antonio. Fernando Brambilla.
La muerte de Fernando VI sin descendencia, hace recaer el peso de la Corona Española a su hermanastro el duque de Parma y Plasencia, rey de Nápoles (como Carlos VII) y de Sicilia (como Carlos V), para nosotros Carlos III a secas. Carlos III ordena retirar la estatua y encarga al escultor Juan Bautista Reyna una representación de Venus, que esculpe en el blanco* y duro mármol de la cantera de la Estrella, a unos 30 km. de Aranjuez. Dos años después esta será colocada orientada hacia lo que posteriormente serían los jardines de Isabel II. Por lo tanto en la fuente se entrelazan dos proyectos arquitectónicos y dos lecturas iconográficas. Lo que parece evidente es que no era del agrado de «El mejor alcalde de Madrid» encontrarse a su desequilibrado hermanastro esperádole a las puertas de Aranjuez en sus frecuentes visitas.
Alrededor de 1831, Fernando VII ordena la rehabilitación de la fuente y del sistema de cañerías y conducciones a Isidro González Velázquez, su arquitecto mayor. Éstas obras se prolongan hasta 1836, se sustituye la planta triangular por otra circular elevada por medio de escalones y flanqueada por pilares que soportarían cadenas**. A modo de basamento se construye un cilindro con tres hornacinas que alojan sendos surtidores representando amorcillos a lomos de unos tritones que vierten agua sobre unos pilones adosados. También se intercalan otros tres surtidores con rostros de sol, sobre los leones esculpidos por Olivieri (que aún se conservan). La parte superior del basamento muestra un conjunto ornamental formado por salamanquesas (o lagartos), ranas (o sapos) quizá en un intento de acercar las criaturas marinas a las dulces aguas que riegan nuestras huertas y jardines y caracolas marinas.
En noviembre de 2014 se inició una profunda restauración que se prolongó hasta mayo del 2017 gracias a la que podemos disfrutar de toda su belleza volviendo a mirar hacia la Villa***.
Nacimiento de Venus. Cornelis de Vos – Museo del Prado.
Detalles de la fuente