Fuente de Hércules y Anteo.
Construida por mandato de Fernando VII durante la primera restauración borbónica (entre 1808 y 1837) aludiendo a los míticos Doce Trabajos de Hércules. El encargo se hizo al arquitecto Isidro González Velázquez y al escultor Juan Adán. Su emplazamiento original estaba previsto en la zona trasera de la Casa del Labrador.
Calpe y Avila según la mitología, son los montes que separó Hércules para crear el Estrecho de Gibraltar: Avila, comienzo del mundo y Calpe, final del mundo. Según algunas fuentes el topónimo Avila figuraba como Abyla (Monte Hacho, Ceuta) antes de la restauración de la fuente*. Según Patrimonio Nacional, es rigurosamente inexacto que «antes de la restauración» en la columna figurase Abyla**. En el expediente de restauración de la fuente consta que la inscripción está incisa en la piedra y no se ha alterado en modo alguno.
A sus pies podemos ver alusiones a los once trabajos restantes que Hércules realizó: el león de Nemea, la Hidra de Lerna, el jabalí de Erimanto, la cierva de Cerinia, las aves del lago Estínfalo, los establos del rey Augías, el toro de Creta, las yeguas de Diomedes, el cinturón de Hipólita, los bueyes de Gerión, las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides y el Can Cerbero.
La mitología
Hércules matando al dragón del Jardín de las Hespérides.
Pedro Pablo Rubens – Museo del Prado.
Hércules o Heracles fue un héroe tebano, hijo de Zeus y de Alcmena, mujer del general Anfitrión. Para engendrarlo, Zeus se convirtió en la figura de su marido Anfitrión y se unió a ella en su lecho la misma noche que Anfitrión, volviendo de una expedición, concibió junto a su mujer a Ificles, que nació al mismo tiempo que Heracles. Anteo era un gigante celoso y violento, hijo de Poseidón y Gea (dioses del océano y la tierra). Habitaba en la región de Irasa. Fundó una ciudad en el actual estrecho de Gibraltar a la que puso el nombre de su mujer: Tingis (Tánger). Anteo desafiaba y mataba a todo aquél que atravesaba sus dominios, pues había hecho voto de construir un templo a Poseidón con cráneos humanos. Siempre vencía en sus peleas, puesto que cada vez que caía en tierra o la tocaba, Gea le daba fuerzas de nuevo. Hércules, en los últimos de sus Doce Trabajos los atravesó, así que fue retado por Anteo quien lo derribó tres veces. Pero en vano, pues la Tierra, su madre, reanimaba sus fuerzas. Hércules se dio cuenta y lo levantó en vilo para impedírselo. Así logró asfixiarlo.
El conjunto escultórico
Consta de tres grupos escultóricos dentro del mismo estanque circular, el central que le da nombre sobre columna con basamento de piedra con grandes arcos de dovelas almohadilladas que albergan sendas fuentes, todo ello sobre elementos de piedra que imitan afloramientos rocosos, está formado por las esculturas de Hércules-niño y el gigante Anteo, en la base de distribuyen varias esculturas que aluden a las hazañas de Hércules conocidas como los doce trabajos de Hércules, los animales que mató o cazó (la cierva de Cerinea, las serpientes, el Can Cerbero, el jabalí del monte Erimanto, el león de Nemea y el toro de Creta) y otras representaciones de seres monstruosos: la quimera y las sirenas. Los otros dos grupos se encuentran en los laterales de forma simétrica y representan las columnas de Hércules con la inscripción “Non plus Ultra” y en la base de cada una un dragón mirando hacia el centro, la columna de Avila, al sur, y la de Calpe en el extremo contrario. El estanque circular es bajo y está encintado de forma simple con piedra de Colmenar, decorado sobre machones del mismo material, con 20 jarrones de plomo en dos modelos diferentes, diez con asas en forma de oca y los restantes con unas conchas marinas, pintados imitación mármol.
Podemos ver las dos célebres columnas hercúleas con el lema «Non plus ultra», divisa que Carlos I convertiría en el emblema imperial de los Austrias. Los trabajos de Hércules simbolizan tanto el valor del héroe, y con él, el del rey y la monarquía, como el triunfo de la virtud sobre el mal y la discordia.
Detalles de la fuente