Fiestas de Aranjuez - Año 1980.
En 1980 la crisis económica sigue azotando al país en el que será último Gobierno de Suárez. El desmantelamiento de empresas estatales no competitivas, buena parte de la industria española, trajo consigo un fuerte conflictividad social. El 15 de marzo España pierde con gran tristeza, a uno de sus iconos televisivos, Félix Rodríguez de la Fuente.
Las fiestas de 1980 van incluyendo cambios importantes, actividades que hoy forman ya parte de la idiosincrasia de la ciudad. Así, en septiembre de 1980 se celebra el primer Descenso Pirata por las aguas del Tajo. Alentado por aquellos incipientes colectivos ciudadanos que eran las peñas, y bajo el paraguas del ayuntamiento, dan forma a una de las fiestas más populares de nuestra ciudad. 1980 nos deja también una de esas imágenes impactantes recogidas por la cámara de Talavera: la grave cogida de Paco Camino por un toro de los Herederos de Baltasar Ibán que le pegó sendas cornadas en la rodilla y el cuello en la tradicional corrida de San Fernando que lo llevaron al borde de la muerte y su intervención en la propia enfermería de la plaza.
En 1980, los más pequeños disfrutaban de las atracciones del ferial colocado en la Plaza de Parejas. Las grandes norias ofrecían las mejores vistas aéreas de un Aranjuez que se exhibía orgulloso en fiestas, capaz de conjugar su condición de Real Sitio y Villa con una imagen de ciudad innovadora y abierta al resto del mundo.
Fundamental en cada fiesta es el cohete anunciador del inicio de la misma. En Pamplona lo llaman «chupinazo» y en Aranjuez, desde tiempos inmemoriales -o no tanto- lo llamamos el disparo del Fresón y del Espárrago. i Y que empiece la fiesta! ¡Que empiecen las carreras de bicis y de piraguas, que surquen las barcas el Tajo, que madrugue el personal para correr los encierros y que echen humo las parrillas!
El primer Descenso Pirata del Tajo
El Descenso Pirata del Tajo es uno de esos elementos que han ido conformando la personalidad de las fiestas de septiembre, que en 1980 conservan su carácter comercial y que muy pronto habrán de convertirse en las Fiestas del Motín. El carácter reivindicativo del Descenso Pirata -que tuvo sus orígenes en el pobre caudal que el Tajo arrastraba a su paso por nuestra ciudad- se ha ido consolidando con el paso de los años.
A las barcas más divertidas y originales se han sumado siempre barcas de denuncia, que se hacían eco de los problemas más o menos graves a que se ha enfrentado la sociedad en estos años. Con motivo del 25ª Aniversario del Descenso Pirata, un pirata pionero como Juan Luis González Congosto publicó el libro Un kilómetro de diversión con la historia de esta fiesta tan nuestra.