Las maderadas y los gancheros del Alto Tajo.

Ser “ganchero” del Alto Tajo era un arriesgado oficio, ya extinguido, que consistía en transportar la madera extraída en zonas del curso alto del Tajo, dirigiendo los troncos sueltos de los pinos talados a través del río, hasta llegar a Aranjuez.

Saca de la maderada en Aranjuez. 1905
Saca de la maderada en Aranjuez. Año 1905.

Esta actividad formó parte de desarrollo económico y social de las zonas de montaña durante mucho tiempo. La documentación más antigua sobre este oficio es del siglo XVI y perduró hasta mediado el siglo XX. A finales de los años 40 del pasado siglo, las obras de regulación de los ríos y el transporte por carretera irán haciendo decaer progresivamente esta apasionante actividad, desapareciendo totalmente en la década de los 60. En el año 1936 llegó a Aranjuez la última maderada, la última del río Júcar fue en 1943 y en 1949 llegaron a Tortosa las últimas nabatas por el río Ebro.

Gancheros descansando

La duración de la expedición oscilaba entre los tres y seis meses. Ya en marzo, los troncos se echaban al río y se iniciaba la maderada, aprovechando el crecimiento del caudal del Tajo y sus afluentes.

Marzo con sus marzadas, se lleva las maderadas.

Las maderadas del Tajo transportaban la madera de grandes cortas llevadas a cabo en los pinares de los montes de Cuenca y podían estar constituidas por miles de troncos con dimensiones que podían superar los doce metros de longitud por pieza, llegaba a ocupar más de 30 kilómetros del río.

Mapa cuenca del Tajo
Mapa novela José Luis Sampedro
Mapa de la ruta de los gancheros inspirado en el libro de José Luis Sampedro "El río que nos lleva". Los pueblos en violeta señalados con una estrella son producto del imaginario del autor.

Antes de arrojar los troncos al río se ponían a secar durante un par de meses convenientemente descortezados, cuando ya estaban secos se formaban grandes “cambras” desde las que se iban echando al agua. Una vez que había cantidad suficiente, el “jefe del río” daba la voz de marcha y todos los hombres encargados de la conducción se colocaban en su sitio, yendo unos navegando sobre las maderas y otros cuidando de que en las orillas no se quedara ningún “palo”.

Maderada

Existía una organización perfectamente estructurada en forma piramidal estaba compuesta por: el encargado del río -representante del empresario-, el maestro o jefe del río, que hacía las veces de capitán de la maderada y era el líder de toda la expedición, los mayorales, los cuadrilleros, guisanderos, roperos, rancheros y broceros.

Los “gancheros” se organizaban en “compañas” o cuadrillas de diez, al frente de cada una de las cuales había un cuadrillero. Para todos, llevaban una tienda de campaña donde se guardaban los víveres, esta se colocaba hacia el medio de la expedición, que ocupaba un trecho de dos ó tres leguas*. Todos los días acudía un individuo de cada cuadrilla a la tienda para aprovisionarse y llevar a sus compañeros la comida; a este se le llama “guisandero”.

Panoramica gancheros

Los “gancheros” procuraban para descansar durante la noche llegar a las presas de los molinos o a sitios donde el cauce fuera estrecho. Allí entrelazan los primeros troncos formando “tijera” con objeto de que se detengan los demás. Las 40 leguas que aproximadamente separan los montes de Cuenca de Aranjuez, solían recorrerse en cuatro meses si el caudal de agua era regular.

El conjunto de gancheros para conducir una maderada no bajaba de 100, pudiendo llegar a ser necesarios más de 1.000 gancheros para las grandes maderadas constituidas por unos 100.000 troncos. Maderada y gancheros se dividían en tres grupos: delantera, centro y zaga.

La delantera era la encargada de abrirse camino acometiendo verdaderas obras de ingeniería con los propios troncos para salvar las dificultades y desniveles que se presentaban, especialmente dificultosos en las cabeceras de los ríos.

El centro lo componía el grueso principal de la maderada y el trabajo de los gancheros consistía en evitar que los troncos se trabaran y produjesen una presa artificial capaz de provocar una especie de riada que lo anegase todo a su paso.

La zaga era la encargada de desmontar las construcciones realizadas por la delantera.

Mulas llevando troncos

Las principales obras que se acometían eran los encauzamientos, estrechando el cauce con los troncos allí donde en caudal era escaso y el lecho poco profundo, también para salvar desniveles y corregir, en parte, la sinuosidad del cauce. Otras obras, de más envergadura, eran las “tabladas”, construidas para superar pequeñas presas y obstáculos de importancia. El “asnao” era otra obra utilizada para retener la maderada en las ocasiones que se creyera oportuno.

Distintos lugares, distintos sistemas.

En España se utilizó este método de transporte en los ríos Ebro, Tajo, Júcar, Turia y Segura, principalmente y en menor medida en el Guadalquivir. Todo ello se realizaba ayudados por ganchos o bicheros, de ahí el nombre que recibían los trabajadores encargados de la maderada: gancheros.

Una almadía (Navarra), armadía o nabata (Aragón) o rai (Cataluña) es una balsa hecha de troncos de madera, cuya función es la conducción de los propios troncos por los ríos, desde los bosques de explotación maderera que eran pilotadas con increíble habilidad hasta los puntos de carga para su transporte o hasta donde se encuentran las serrerías.

Los maderos se colocaban unos junto a otros en plataformas de 10 a 15 troncos para construir cada tramo, la anchura de los tramos estaba limitada por el cauce de los ríos. Pinos y abetos constituían la mercancía más frecuente -o pinos y hayas mezclados-, nunca hayas solas, pues su densidad les hace emerger poco del agua. Cuando se mezclaban pinos y hayas, por cada tres troncos de pino iba uno de haya.

El proyecto "Los gancheros del Tajo" . Un homenaje a los gancheros en Aranjuez.

Gancheros 2022

Desde la Asociación Cultural de Amotinados de Aranjuez se planteó la utopía de hacer realidad el sueño de muchos: ver gancheros en las aguas de nuestro río. Una jota en el concierto de Aljibe y la escena de las lavanderas de la representación del Motín hicieron que esta mezcla quisiera meterse en un tubo de ensayo.

En noviembre se presentó un ambicioso proyecto al laboratorio ciudadano Aranjuez, Ciudad Europea de la Cultura 2031, al que se unieron diversas asociaciones entidades y particulares de nuestra ciudad. Lo que era un objetivo a largo plazo se convirtió en seis meses sin descanso, ya que nadie quiso esperar al año siguiente para hacerlo realidad.

Con José Luis Sampedro como hilo conductor de este evento que tuvo lugar los días 17 y 18 de junio, sin duda está aquí para quedarse y seguir creciendo con los años y la experiencia.

Fotos: Cifuentes (Blanco y Negro), Luis Redondo, Julio Larrañaga, Alonso (Nuevo Mundo) y autores desconocidos.
(*) Legua (del latín leuca) es una antigua unidad de longitud que expresa la distancia que una persona, a pie, o en cabalgadura, puede andar durante una hora (1 legua = 4,82803 km.)