Glorieta de las Doce Calles.

Las doce calles

La Plaza de las Doce Calles surge de la articulación de los caminos y huertas de Picotajo, de los trazados del denominado “rombo originario”, atribuido, por unos, a Juan Bautista de Toledo y a Juan de Herrera por otros (siglo XVI). Se trataba de crear en Aranjuez una imaginaria ciudad verde, aplicando al territorio unas leyes geométricas construidas con infinitas alineaciones de árboles que dan origen a un espacio único, distinto de todo lo existente hasta entonces en Europa, símbolo del poder de la monarquía y, a la vez, simbiosis de la racionalidad y la naturaleza.

Plano primera configuración

En la primera configuración de los trazados históricos de Aranjuez, este espacio ocupaba una posición excéntrica, conformando el límite oriental de estas calles que organizaban el espacio con gran rigor geométrico.Se tomó como origen para estos trazados geométricos, la denominada Calle de Entrepuentes, con una precisa orientación este-oeste, de modo que en los equinoccios el sol sale y se pone por los puentes o focos. Desde estos focos se trazó una radiación basada en el hexágono regular, de sencillo trazado (el radio de la circunferencia es igual que el lado del hexágono) y partiendo en dos los ángulos y lados resultantes es muy fácil definir el dodecágono.

Antiguo plano de Aranjuez