Colegio "María Cristina" de huérfanos del ejército.
En 1768 la Corona construyó en Aranjuez el edificio llamado Cocheras de la reina madre Isabel de Famesio, que fue parcialmente destruido en 1808, a causa de la invasión napoleónica. Por este motivo, hacia 1832, fue necesaria una profunda rehabilitación del edificio.
Es en 1881 cuando la reina María Cristina, cede las cocheras Reales de Aranjuez para reacondicionamiento como centro docente y el 10 de junio de 1886, por medio de una ReaI Orden, el rey Alfonso XIII y en su nombre la reina regente María Cristina ceden el edificio, propiedad del Real Patrimonio de Aranjuez, al Arma de lnfantería.

El 21 de junio de 1886 se firma una escritura de convenio y obligación entre Fernando Primo de Rivera, director general del Arma de lnfantería, y una representación de los vecinos de Aranjuez, entre los que se encontraba el alcalde, en la que se establecía la obligatoriedad del Colegio de permanecer en su emplazamiento un mínimo de ocho años y en caso de trasladarse a otro Iugar antes de dicho plazo, el pueblo de Aranjuez dejaría de satisfacer los plazos y tendría derecho a reclamar la devolución de las cantidades anticipadas. La transformación de este vetusto edificio corrió a cargo del generoso pueblo de Aranjuez, que aportó 60.000 pesetas para las obras de adaptación, pero pareciendo insuficiente ese edificio para el fin a que se le destinaba, el Colegio de Huérfanos se amplió por otra Real Orden de 20 de octubre del mismo año, destinando a esos fines parte del terreno de la plaza de Abastos.

En este conjunto de edificios, se instalaron los nuevos Colegio de Huérfanos de Infantería (masculino y femenino), siendo inaugurado el 29 de enero de 1987 por la reina María Cristina, acompañada de las Infantas Isabel y Eulalia, y el Infante Antonio que vestía uniforme de Húsares dela Princesa, acompañados de un numeroso séquito palaciego y autoridades municipales. En el Centro comienzan las actividades de Colegio con el traslado de alumnas y alumnos desde el Colegio de Toledo 300 niños y 200 niñas. Diez años más tarde los alumnos varones fueron trasladados de nuevo a Toledo y el «María Cristina», que oficialmente recibe este nombre en 1888, queda en exclusiva como internado de niñas.
Los colegiales que no demostraban aptitudes para el estudio eran encauzados hacia el aprendizaje de oficios. Inicialmente se pensó en envíarlos a talleres civiles de Aranjuez, pero eI tiempo y la experiencia demostraron que era preferible la creación de talleres artesanos en el propio Centro, cosa que se hizo creando talleres de: litografía, grabado. armería, delineación, imprenta, encuadernación, fotografía, sastrería, zapatería, carpintería, ebanistería y hojalatería.

A lo largo de le vida de este Centro, el Ayuntamiento mostró siempre una actitud de mano tendida hacie el Colegio, ocupándose incluso de sus necesidades más perentorias. Una de ellas se abordó en octubre de 1890 y tuvo que ver con eI suministro de agua potable, con objeto de aprovechar las aguas del Mar de Ontígola, se instaló una cañería desde dicho emplazamiento hasta eI Colegio sin embargo, en octubre de 1895 un brote gastrointestinal afectó a más de cien alumnas Hasta Aranjuez llegaron desde Madrid equipos médicos para controlar la situación, y lo que en principio pareció un brote colérico, no fue tal, sino trastornos gástricos de los que se desconocía la procedencia.
Desde que se inauguró el Colegio, el alumnado era de «Cristinos y Cristinas» llamados también «Pínfanos y Pínfanas» en evocación de la melodía duIce de este instrumento musical, pero a partir de 1897 y hasta el final de le andadura del Colegio, fue exclusivamente de «Cristinas o Pínfanas». En 1911 las educandas ascendían a cerca de quinientas niñas de todas Ias edades.
En los primeros años de 1900, el edificio sufre une im portante modificación aI abrirse una nueva entrada por la Plaza de Abastos. Dicha solicitud se aprobó a condición de que en lo posible no se alterara Ia estética del edificio.
Cuando llegó el régimen republicano, por su carácter religioso, el Colegio no quedó exento de adversidades y desencuentros. Aunque hasta entonces habían sido bien recibidas como parte del vecindario, su situación se vuelve difíciI por la hostilidad del Gobierno municipaI a una dirección compuesta por religiosas y ser las alumnas descendientes de militares de un ejército muy distinto al que era leal a Ia República. Aunque Ia situación durante aquellos años fue complicada, hasta el punto de tener que guardar los hábitos las religiosas, el Colegio siguió su andadura con este serio problema.
Tras Ia Guerra Civil, mejoraron las relaciones entre la comunidad educativa, el Ayuntamiento y la población. Esta contienda hace del «María Cristina» un centro de acogida de alumnos procedentes de los Colegios similares de Toledo, Valladolid y Guadalajara, y el 10 de marzo de 1945, Ia Presidencia de la Junta Superior de los Patronatos de Huérfanos obtuvo, del Ministerio del Ejército, Ia cesión en propiedad de las edificaciones del Colegio de Huérfanos «María Cristina» de Aranjuez. Obtenida la cesión, el Patronato de Huérfanos de Oficiales remozó los viejos caserones, en especial Ia estructura del edificio principal, las antiguas «cocheras de Ia reina madre», que ya desde su inauguración en 1758 arrastraban deficiencias de construcción.
El viejo Colegio de Aranjuez, fue una de las instituciones de mayor abolengo. En 1970 los alumnos son trasladados a las nuevas instalaciones de Guadalajara, que también con el nombre de «María Cristina», toma el relevo de Ia vida educativa en Ia vieja «Casona» pero dejando al Colegio de Huérfanos impregnado de Ia historia del Real Sitio y Villa.
– Revista Ejército nº 960. Abril 2021.
– Historia de las Instituciones y Colegios de Huérfanos del Ejército de Tierra. PAHUET; 1996.
– Bibliografía colegio María Cristina. Ministerio de Defensa: 1997.
– Historia del colegio María Cristina de Arenjuez el internado que vivimos. Asociación de Huérfanos del Ejército; 2012 Historia del Patronato de Huérfanos del Ejército de Tierra; 1985.
– CXXV aniversario del colegio «María Cristina» para Huérfanos de Infantería.
– Cocheras de le reina madre Isabel de Farnesio.
– Cocheras de Ia reina madre.